miércoles, 2 de julio de 2014

Mi parto: 1ª parte

Si ponemos en cualquier buscador de internet la palabra PARTO, nos saldrán cientos o miles de entradas con diferentes historias, unas bonitas y otras con finales tristes, pero yo quiero contar lo que mi pareja y yo vivimos aquél 1 de Agosto del 2013, porque fue la experiencia más maravillosa que recuerdo, y obviamente, el día más feliz de mi vida.

Como ya he contado anteriormente, mi embarazo no fue lo esperado. Yo quería lucir tipazo al sol, comprarme modelitos premamá, y hacerme mil y una fotos.
Pero por circunstancias de la vida, nada de aquello fue posible.
De todos modos, no lo recuerdo como un momento amargo, todo lo contrario... tuve la suerte de notar a Víctor desde muy pronto, y aquello compensaba cualquier cosa.

Mi barriga era preciosa. No porque lo diga yo, sinó porque todo el mundo me paraba y me decía el buen cuerpo que tenía incluso estando casi de 40 semanas. 
Esta es mi guisa 4 días antes de dar a luz




3 días después tuve mi primera visita a monitores, las famosas correas y el tacto.
Recordaré siempre aquél 31 de Julio porque al llegar a monitores, que me acompañó mi padre, la comadrona me dijo que estaba myuy muy verde, un verde muy oscuro jejeje y que no estaba dilataba nada. Que me tomase aquello con calma. Y para colmo el peque estaba muy dormido, tuvieron que darme 2 zumos y algo de chocolate para espabilar lo un poco durante la sesión.
Me vine abajo, al día siguiente salía de cuentas y yo me veía con un parto programado a las 42 semanas... no me apetecía. Pensaba que sería mi primer y último hijo, y quería vivir la experiencia del parto con todo su esplendor, y claro, aquella noticia me dejó muy chof.
Llevaba dos semanas saliendo a caminar cada tarde cuándo se escondía el sol, a mi pobre hombre lo tenía agotado. Andábamos más de 1 hora, hacía ejercicio en casa, intentaba liberar oxcitocina de todas las maneras posibles para que el parto fuese inminente... y que me dijeran que todo esfuerzo había sido en vano, me desanimó.
Al salir, mi padre me vio la cara de desánimo y me preguntó si volvíamos andando a casa. ¿Andando? para qué! le contesté... no va a servir de nada.
Cogimos el autobús, y nos fuimos a almorzar. Nos comimos 2 bikinis ( sandwich de york y queso), una cervecita sin alcohol y nos marchamos a casa de mi abuela a recoger a Lincoln ( mi perro) y a darle su paseo correspondiente.
Comimos al cabo del rato y me eché un rato la siesta.

A las 17.00 llegó mi pareja. Estuvimos hablando un rato, y llegamos a la conclusión de que nos habíamos obsesionado tanto con la llegada del bebé, que ya ni disfrutábamos de nosotros. Y teníamos que pensar, que dentro de poco, no seríamos nosotros dos solos, ya habría otra personita que ocuparía la mayor parte de nuestro tiempo. Por lo tanto, hicimos cambio de chip, salimos a comprar : unas cervezas ( para mi sin alcohol, obvio) aceitunas, patatas, un tinte.... llegamos a casa y empezó nuestra tarde de desconexión.
Pusimos música a todo trapo, bailamos, cantamos a grito pelao. Me teñí el pelo, bebimos, comimos...en fin, una tarde de las de antes.

A las 22.00 ya estábamos en la cama. Dejé todo por medio, platos sin fregar, baño sin recoger... que más daba! A la mañana siguiente ya tendría tiempo de limpiar....... O eso pensaba yo........



To be continued...




No hay comentarios:

Publicar un comentario