Yo, como madre novata en todo el mundo de la puericultura, accesorios, etc... hice un poco la pardilla jejeje.
Llegamos al recinto pronto, sobre las 11 de la mañana. Ya había gente, pero la zona de hierba es bastante amplia, con muchas sombras y pudimos coger un buen lugar dónde quedarnos. Una vez colocadas las toallas de un modo estratégico, nos dispusimos a untarnos de crema solar protección 50, yo uso esta:
Una vez pringados hasta las cejas ( los 3 somos muy claros de piel) corrimos al agua.
Estaba emocionada por como reaccionaría el peque, era nuestra primera vez!
Le senté en el borde de la piscina, y empecé a refrescarle los brazos, las piernas, su barriguita redonda, y el cuello. Cuando lo vi preparado dije: al agua patos! Y lo sumergí ( obviamente la cabeza no).
Wow! Disfrutaba como nunca, chapoteaba, gritaba, reía a carcajadas! Que alegría tan grande, y que maravillosa experiencia acababa de descubrir.
Estuvimos bastante rato jugando, papá haciendo fotos, y cuando ya estábamos arrugaditos cuál pasa, decidimos salir a jugar en la hierba un rato.
Se lo pasó bomba. Una vez ya en la toalla, seco, con su camiseta y su pañal, descubrió algo nuevo también: lo divertido que era arrancar los trocitos de hierba para jugar con ellos.
Estuvimos cerca de dos horas más, disfrutando de aquél día tan soleado, y el pequeñín, exhausto se quedó dormidito.
Decidimos marcharnos... sólo os diré que ese día hubo una siesta de 3 horas! Tendré que volver a menudo a la piscina a cansarle jejeje.
Os dejo alguna foto de recuerdo.
Feliz Lunes!
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